METABOLISMO Y ENDOCRINO | 2012 | 28 | 3 |
La diabetes mellitus tipo 2, por su elevada prevalencia y por la gravedad de sus complicaciones macrovasculares y microvasculares, es un problema de salud de gran impacto sanitario y social potenciada además por su frecuente asociación con otros factores de riesgo cardiovascular como la obesidad, la hipertensión arterial y la dislipemia. El control glucémico ha demostrado su eficacia en la reducción de complicaciones microvasculares, constituyendo uno de los aspectos del abordaje multifactorial de la diabetes mellitus tipo 2, siendo más incierto su efecto sobre las complicaciones macrovasculares. En este artículo presentamos una revisión comparativa de los beneficios y riesgos asociados a los nuevos agentes antidiabéticos, en relación con las alternativas ya existentes. El uso de metformina y sulfonilureas se apoya en estudios a largo plazo y revisiones sitemáticas en los que consiguen mejor o similar eficacia comparada con los nuevos hipoglucemiantes. La metformina se recomienda como el antidiabético de primera elección, y en caso de intolerancia o contraindicación las sulfonilureas constituyen su alternativa. La selección de fármacos en segunda o tercera línea (pioglitazona, análogos de la DPP-4 (gliptinas), análogos de GLP-1), es más discutida ya que las evidencias asociadas a estas recomendaciones son limitadas, además la seguridad a largo plazo de los nuevos antidiabéticos orales aún es desconocida. Como ventaja se han propuesto con un menor riesgo de provocar hipoglucemias que insulinas y sulfonilureas, sin embargo, en los estudios publicados y en la experiencia tras su comercialización, se han producido numerosas comunicaciones de efectos adversos. La pioglitazona e gliptinas se consideran, de modo individualizado según las necesidades y tolerancia de cada paciente, como alternativas cuando exista intolerancia a metformina o sulfonilurea; los análogos de la GLP-1 como alternativa a la insulinización y/o a la triple terapia oral en pacientes con importantes problemas de sobrepeso u obesidad, ya que su seguridad a largo plazo es aún desconocida y no existen evidencias sólidas de sus resultados en morbimortalidad. |
SAFETY OF PIOGLITAZONE AND INCRETIN MIMETICS: ADVERSE EVENTS LIMIT ITS USE Due to the increasing prevalence and to the serious macrovascular and microvascular complications of the disorder, type 2 diabetes mellitus represents a major health and social issue accentuated by its frequent association with other cardiovascular risk factors, such as obesity, hypertension and dyslipidemia. Glycaemic control has proven effective in reducing microvascular complications, thus being this one of the aspects of the multifactorial approach to type 2 diabetes mellitus, whilst the effect on macrovascular complications remain uncertain. This article offers a comparative review of the benefits and risks associated with the newer anti-diabetic agents, in relation to the existing therapeutic alternatives. The use of metformin and sulfonylureas is supported by long-term studies and systematic reviews showing an improved or similar effectiveness over the newer hypoglycaemic agents. Metformin is recommended as the first-line anti-diabetic agent, and sulfonylureas are the alternative of choice when metformin is contraindicated or not tolerated. The selection of second or third-line medication (pioglitazone, DPP-4 analogues or “gliptins”, GLP-1 analogues) is disputed since evidence regarding these recommendations is limited and, in addition, the long-term safety of the newer oral anti-diabetic agents is still unknown. The newer anti-diabetic agents are associated with less hypoglycaemia than the sulfonylureas and insulins, however, data from published trials and post-marketing experience show that a large number of adverse events have been reported. Pioglitazone and gliptins can be considered, on an individual basis according to needs and tolerance of each patient, as alternatives when there is intolerance to either metformin or sulfonylurea, and GLP-1 analogues as an alternative to insulin and/or triple oral therapy in patients with significant overweight or obesity, since their long-term safety is still unknown and there is no solid evidence of benefit on morbi-mortality. |
BTA 2.0 relacionado
BTAtest y caso clínico relacionado
Última actualización: 10-03-2014