Terapias endocrinas en cáncer de mama y próstata

Se ha publicado una breve revisión sobre las terapias endocrinas para el cáncer de mama y próstata, que son tratamientos fundamentales para mejorar la supervivencia y disminuir el riesgo de recurrencia pero que, debido a sus efectos adversos, dificultan una adherencia óptima.

Existen algunos tipos de cáncer que utilizan vías de señalización hormonal para su crecimiento y concretamente el de mama y próstata requieren hormonas femeninas y masculinas, respectivamente. La terapia endocrina actúa interfiriendo dicha señalización y, en consecuencia, evita la proliferación del cáncer. El tipo y duración de la terapia endocrina depende de múltiples factores: estadio del cáncer en el momento del diagnóstico, indicadores de pronóstico, genómica del cáncer, resistencia endocrina y tolerancia a los efectos adversos.

En el cáncer de mama, más del 75% son hormonodependientes, ya que están medidados por receptores positivos de hormonas (estrógeno o progesterona). Las principales terapias endocrinas adyuvantes son:

  • Moduladores selectivos de los receptores de estrógenos (tamoxifeno).
  • Inhibidores de la aromatasa (letrozol, anastrozol y exemestano).
  • Supresión ovárica (agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina o cirugía).

La elección de estas terapias depende principalmente de que la paciente sea premenopáusica o postmenopáusica; y la duración suele ser de 5 años, aunque puede prolongarse hasta 10 años, a criterio del oncólogo. Los efectos adversos (sofocos, artralgias, osteoporosis, entre otros) inducen falta de adherencia y suspensión del tratamiento en el 30% de los casos.

En cuanto al cáncer de próstata, el 75% se diagnostican en etapa temprana, y la terapia de deprivación de andrógenos es un tratamiento fundamental, que puede lograrse con:

  • Orquiectomía.
  • Agonistas de la hormona liberadora de hormona luteinizante (leuprorelina, triptorelina, goserelina).
  • Antagonistas de la hormona liberadora de hormona luteinizante (degarelix, relugolix).
  • Antagonistas de los receptores de andrógenos (bicalutamida, enzalutamida, apalutamida, darolutamida).
  • Inhibidores de la síntesis de andrógenos suprarrenales (abiraterona, ketoconazol).

La duración de la deprivación androgénica suele ser de 4 a 6 meses para pacientes con enfermedad de riesgo intermedio; mientras que aquellos con riesgo más alto reciben terapia continua para reducir el riesgo de recurrencia. Estas terapias se asocian a efectos adversos frecuentemente debilitantes que afectan negativamente a la calidad de vida (disminución de salud ósea, función sexual y salud mental), pudiendo provocar enfermedades cardiovasculares e inducir trastornos metabólicos, por lo que es fundamental un enfoque multidisciplinar que incluya la colaboración entre los médicos especialistas y la atención primaria.

A continuación, se reproduce un algoritmo para la elección de terapia endocrina adyuvante para el cáncer de mama, así como una tabla de los tratamientos para cáncer de próstata.

Figura 1

Tabla 2




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Última modificación:12-05-2022
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